[Viene de 2034 (I)]
Aquel día en que había recurrido al celador
de vía para que le asegurase, el hombre de la cabeza brillante había
conseguido el encadenamiento perseguido. Se trataba de una vía que él mismo
había equipado 25 años atrás y que, por circunstancias de la vida, se le
había quedado en el tintero. El accidente del ojo fue determinante para frenar
la evolución del hombre de la cabeza brillante, bueno, mejor que
evolución podríamos decir progresión en el estancamiento, en el sentido
coloquial de la palabra.
Por aquel entonces, hace 25 años decimos, el hombre de la cabeza brillante llevaba casi otros 20 sin aumentar su nivel; simplemente mantenía, a base de "fogonazos", el grado máximo que consiguiera cuando tenía 25 años de edad, o sea, hace ahora mismo 44 años. Con 69 años recién cumplidos, el hombre de la cabeza brillante estaba a punto de jubilarse; ya sólo le quedaban dos ó tres más y podría dedicarse de pleno a lo que más le había apasionado a lo largo de su vida.
Por aquel entonces, hace 25 años decimos, el hombre de la cabeza brillante llevaba casi otros 20 sin aumentar su nivel; simplemente mantenía, a base de "fogonazos", el grado máximo que consiguiera cuando tenía 25 años de edad, o sea, hace ahora mismo 44 años. Con 69 años recién cumplidos, el hombre de la cabeza brillante estaba a punto de jubilarse; ya sólo le quedaban dos ó tres más y podría dedicarse de pleno a lo que más le había apasionado a lo largo de su vida.