[Viene de Sobre chapajes (I)]
Para desmontar la "teoría" sería suficiente preguntar cual es ese
determinado número de seguros que entran en una vía por su naturaleza y
morfología; cómo se calcula y quién lo decide. La respuesta fácil sería
decir que es el sentido común y que, como reza el tópico que "el sentido común es el menos común de los sentidos",
por eso hay vías equipadas con las chapas a un metro y otras "pa
matarsen". Pero para liarla un poco más voy a añadir el concepto
del carácter. El carácter de una vía no está en ella per sé.
Se lo imprime el equipador con el "error" de colocar seguros de más o
de menos, y también decidiendo su ubicación y distribución. Esto último
muchas veces no está en la mano del equipador, pues aquí es donde
intervienen la morfologia y naturaleza de la roca, pero resulta determinante
para no influir excesivamente en la dificultad de la vía. El
equipador puede decidir dar un carácter obligatorio a la vía colocando
los seguros de manera que, en las secciones más duras, el escalador
quede obligado a realizar los movimientos sin la posibilidad de
agarrarse a los anclajes, o bien, puede decidir lo contrario. En ambos casos quien escale la vía puede considerar que está bien o mal equipada, pero también en ambos casos podría tener el mismo número de seguros. Algunos
equipadores tienen la idea de que "los pasajes difíciles siempre deben protegerse antes de realizarlos y no después". Aunque personalmente no la comparta, creo que si
la distribución, número y ubicación de los seguros es correcta -atendiendo al sentido común, que ya hemos dicho que era lo fácil pero
difícil- el resultado final también será bueno.
Siempre he creído que el equipamiento es algo que interviene
esencialmente en la calidad de una vía. Tanto ó más como la manipulación
de agarres (si es que ésta se ha producido, claro). Hace ya muchos años
que defiendo una "teoría" para el equipamiento de vías deportivas, y ahora la voy a intentar explicar aquí lo mejor que pueda:
"Por su naturaleza y morfología, en una vía entran un número determinado de seguros. Si el equipador decide colocar uno de más o uno de menos, el error no habrá sido muy determinante en el resultado final; habrá creado una vía un poco sobre-protegida, o una vía un poco arriesgada. Si el error está en dos de más o de menos, la influencia en el resultado final será mayor. Pero cuando el error supera los tres, la influencia en el deterioro del resultado se incrementa de forma exponencial. Tanto es así que una vía que tenga cinco, seis, siete... seguros de más o de menos, en realidad no necesita equipamento alguno, pues la diferencia de escalarla en 'top rope' en el caso de tener de más, o sin cuerda si los tiene de menos, se minimiza hasta dejar de existir".
"Por su naturaleza y morfología, en una vía entran un número determinado de seguros. Si el equipador decide colocar uno de más o uno de menos, el error no habrá sido muy determinante en el resultado final; habrá creado una vía un poco sobre-protegida, o una vía un poco arriesgada. Si el error está en dos de más o de menos, la influencia en el resultado final será mayor. Pero cuando el error supera los tres, la influencia en el deterioro del resultado se incrementa de forma exponencial. Tanto es así que una vía que tenga cinco, seis, siete... seguros de más o de menos, en realidad no necesita equipamento alguno, pues la diferencia de escalarla en 'top rope' en el caso de tener de más, o sin cuerda si los tiene de menos, se minimiza hasta dejar de existir".
Esta monserga por capítulos, amenizada con las
fotos de algunos coleguillas chapando, lo que pretende es concienciar a
los equipadores de la importancia de su trabajo. Para muchos
escaladores este asunto no tendrá mayor relevancia, pero creo que
resulta clave en el devenir de este deporte. Si la tendencia fuera
"sobre-equipar" y no asumir ningún riesgo se perdería por completo el
componente psicológico de la actividad, y entonces los detractores de los "come chapas" se reafirmarían en su posición con un argumento razonable (aunque muchos de estos buscadores de la aventura y la descarga de adrenalina, me refiero a los detractores,
cuando van a escalar a zonas equipadas para deportiva suelen acometer
vías poco obligadas, pues habitualmente tienen una capacidad reducida para
escalar en libre).
Por otra parte, si la tendencia fuera "infra-equipar" y arriegarse continuamente a caídas potencialmente peligrosas, entonces esto se convertiría en una actividad mental y comprometida, para la que muy pocos estarían preparados. Porque no es lo mismo escalar en un terreno de aventura con autoprotección donde suele estar "prohibido" caerse, que escalar buscando los límites personales de la dificultad, en donde se está "obligado" a caer.
Por otra parte, si la tendencia fuera "infra-equipar" y arriegarse continuamente a caídas potencialmente peligrosas, entonces esto se convertiría en una actividad mental y comprometida, para la que muy pocos estarían preparados. Porque no es lo mismo escalar en un terreno de aventura con autoprotección donde suele estar "prohibido" caerse, que escalar buscando los límites personales de la dificultad, en donde se está "obligado" a caer.
Otros más 'mataos' prefieren protegerse cuanto antes ...ya se sabe, hombre prevenido... |
No parar a mosquetonear no siempre es por causa de un mal equipamiento. En los 'titanes' es una cuestión práctica. |
Como conclusión final parece claro que lo más apropiado será buscar el
término medio, es decir: colocar -como dice la "teoría"- "el número determinado de
seguros que entran en una vía", pero como ya
hemos dicho varias veces que esto no es fácil, si hubiera que elegir una opción yo me
decantaría por la de "errar" poniendo de menos (...aunque fuese un menos de algo indeterminado...mmhhh...) pero con dos matices: emplazar los seguros siempre eligiendo una línea y ubicación que facilite la progresión del escalador, y evitar las caídas objetivamente peligrosas. Se puede pensar que esto es
una postura elitista, pero nada más alejado de la realidad (...y menos a mis años y en mi
condición actual). Mi opinión está basada en una idea conservacionista,
a la vez que pedagógica. Cuantas más chapas se pongan, mayor accesibilidad, a mayor accesibildad, mayor impacto en el medio. Evidentemente un principiante precisará vías muy bien protegidas, pero también será necesario para su progresión y evolución que
afronte situaciones más comprometidas. Situaciones que le forjarán ese espíritu de valentía que ha caracterizado la acción de escalar desde sus orígenes.
...toma ya.
...toma ya.
Bufff,realmente va sobre chapajes, como siempre interesantes reflexiones y muy bien escrito pero... VAYA CHAPA!!!
ResponderEliminarMe ha gustado la diferenciación entre terreno de aventura y escalada deportiva con la idea de donde está prohibido caerse y donde se está obligado a caer.
Será por el terreno al que voy más habitualmente, será por el miedo, será por la edad, pero no me quiero caer ni a tiros y tal vez por eso sea tan miedica en la deportiva. Me parece complicado ser capaz de poder cambiar el chip y jugar en un sitio a prohibido caerse y en el otro a darlo todo hasta caer. Al menos yo no lo consigo.
Tampoco hace falta que te caigas, Chavi. La cosa es comprender que si la vía está bien equipada, aunque falles con la chapa por debajo de los pies no pasa nada...es más, da gusto.
EliminarEl puto jefe!!!! podrías escribir la Biblia de la escalada, ese relato iria a misa!!!!
ResponderEliminarAibaaá Daniiii!!!!
EliminarVoy a por más vino, el 2 me lo salté, y el 3 igual me arriesgo y le hecho valor; reflexión...tengo que volver a Bentué y quitar alguna chincheta, aunque sean del 12mm, jejj.
ResponderEliminarNo serán muchos vasos ya, Nach? Mira que 12 mm. es casi un palmero...
EliminarAmén!!!
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